El concepto de constitución escrita o moderna es relativamente reciente y data del siglo XVIII, en que aparecen documentos que tienen por finalidad regir la organización política. En razón de lo expuesto es posible hablar, en términos generales sobre el concepto de constitución desde el punto de vista de la evolución de las ideas políticas, hablando así de su evolución histórica, en sus orígenes en Grecia hasta el periodo de las Constituciones burguesas, (siglo XVIII) y llega hasta la actualidad (Edgardo Valenzuela, 2015).
Para los griegos la Constitución es el alma de la Comunidad Política. Para Aristóteles: “la Constitución es la ordenación de los poderes gubernativos de una comunidad política soberana, de cómo están distribuidas las funciones de tales poderes, de cuál es el sector social dominante en la comunidad política y de cuál es el fin asignado a la comunidad política por ese sector social dominante”.
En el siglo XIII, a finales de la Edad Media, aparecen el Parlamento inglés, los Estados Generales en Francia, las Cortes en la península ibérica, los Landtage – las Asambleas territoriales – en Alemania.
Montesquieu como Rousseau, que tanta influencia ejercieron sobre los revolucionarios del siglo XVIII, no dieron al término Constitución el significado final que aquellos adoptaron.
Vattel, introduce, con su importante Tratado sobre el Derecho de Gentes (año 1758), en el vocabulario político el significado moderno del término Constitución. Asimismo, formula la idea revolucionaria de Constitución, al afirmar que el derecho de darla y cambiarla pertenece a la Nación, y distingue claramente entre poder constituyente y poder constituido. Doctrina que si fue utilizada por los revolucionarios de las Colonias inglesas en Norteamérica.