Para responder a esta pregunta, en primer lugar, debemos definir qué entendemos por ser una buena o mala persona, en tanto que de dicho resultado podremos tener los cimientos para poder expresar si una persona ya esa buena o mala puede ser un buen juez. Así tenemos que, ser una buena persona se identifica con una conducta acorde a desarrollar acciones que conllevan a la practica de valores morales; como, por ejemplo: actuar con respeto para tratar a los demás con consideración; honestidad para actuar de manera íntegra; tolerancia, aceptar y respetar lo diferente, entre otras acciones. Mientas que ser una mala persona incide en el hecho de actuar lógicamente de manera contraria a lo antes descrito. En tal sentido, creo que en definitiva la población justiciable al tener conocimiento que un determinado juez es una mala persona no acudiría al órgano jurisdiccional a solucionar sus conflictos de intereses, puesto que los jueces deben reflejar una imagen de justicia para que las personas mantengan la confianza en el ordenamiento jurídico.